jueves, septiembre 01, 2005

Raciones de malafollá granaína


















La República en la Fuente de las Lágrimas

14 de enero de 2004

Rebelión

Entre Víznar y Alfacar mataron al poeta. A pocos metros de la Fuente Grande, de la Fuente de Aynadamar, la Fuente de las Lágrimas, la garra negra del fascismo asesinó a Federico García Lorca hace más de 67 años, una madrugada de agosto de 1936. Lo mataron por ser un poeta rojo y homosexual, por transmitir a través de sus poemas la angustia de los explotados en un mundo dominado por sus explotadores, por abrir nuevos caminos en la poesía que sirvieran como ariete para contribuir a la caída de la injusticia y al nacimiento de un mundo nuevo, por apoyar a la desdichada Segunda República Española que ellos, las huestes del fascismo, querían enterrar.

Entre Víznar y Alfacar, aquella madrugada de 1936, no se estaba matando sólo a un gran poeta progresista y homosexual llamado Federico García Lorca, junto a él estaba siendo asesinada la España revolucionaria y democrática, la España del Frente Popular, la España de Azaña, de Pasionaria, de Alberti, de Miguel Hernández, la España implacable y redentora y la España de la rabia y de la idea de Antonio Machado. En aquel barranco de Víznar, tan cerca de la ciudad de Granada, mientras los pistoleros del fascismo fusilaban a Federico García Lorca junto a un maestro republicano y a dos banderilleros anarquistas, la sentencia de muerte de la Segunda República Española estaba siendo firmada. El destino de España y de los pueblos y naciones que la componían era un hondo túnel de muerte y destrucción que duraría 40 largos años, y que aún hoy pende sobre nuestras cabezas cual espada de Damocles gracias a los miedos, fracasos y traiciones que hicieron posible la Santa Transición y legalizaron la monarquía fascista tras un simple lavado de cara.

En los parajes donde fue brutalmente asesinado el poeta rojo hace seis decenios descansa hoy el Parque Federico García Lorca, símbolo de la memoria histórica de varias generaciones, representación trágica y amarga de la España derrotada. En él a finales de agosto, coincidiendo siempre con las posibles fechas en que se produjo el crimen, se celebra desde hace años un homenaje al poeta y a todas las víctimas de la Guerrra Civil Española mediante recitales de poesía acompañados de música , generalmente flamenca. Por allí han pasado Paco Rabal, Aurora Bautista, María Galiana, Ian Gibson, Imanol Arias, Carmen Linares, Arcángel, Asunción Balaguer o su nieto Liberto Rabal. He podido asistir a algunas de esas noches de recuerdo y emoción desde 1996 cuando acudí por primera vez y escuché ensimismado al genial Paco Rabal, al gran actor comunista, recitar los versos del " Llanto por Ignacio Sánchez Mejías ". Estos homenajes tienen siempre un tinte republicano, un sabor revolucionario y democrático, que es algo difícil de encontrar en la monarquía borbónico-franquista que nos oprime. El verano pasado, justamente, mientras la actriz Asunción Balaguer y su nieto, el también actor Liberto Rabal recitaban esplendorosamente a Lorca y Alberti, una bandera republicana, nuestra querida tricolor, asomaba detrás de ellos, tímida y cohibida pero sabiendo que ese era su lugar, que aquel 17 de agosto de 2003, entre Víznar y Alfacar, en el parque del poeta asesinado, en el corazón de la provincia de Granada, había renacido la Segunda República. En la España del PP, en la España que expulsa inmigrantes ilegales, en la España donde los torturadores campan a sus anchas en comisarías y cuartelillos, en la España que acosa y oprime a las nacionalidades históricas, en la España que invade y ocupa Irak causando miles de muertos, en la España de la siniestralidad laboral y el trabajo precario, por unos instantes el sueño de una noche de verano había resucitado a otra España, la España libre y rebelde que llevaba más de 60 años muerta y enterrada.

Entre Víznar y Alfacar, en unos meses, empezarán las excavaciones para encontrar los restos de los compañeros de muerte de Lorca: Dióscoro Galíndez Gonzaléz , el maestro republicano de Pulianas y Francisco Galadí, el bravo banderillero anarquista que defendió el Albaicín de la sublevación fascista durante varias jornadas de julio de 1936, mientras el barrio obrero granadino era bombardeado desde los palacios de la Alhambra. Quizás removiendo la tierra y los recuerdos aparezca el cadáver de Federico, Quizás ese dia se convulsione el mundo ante el descubrimento de los restos del autor del " Romancero Gitano " y de " Poeta en Nueva York ", ante el regreso del genio de Fuente Vaqueros tras permanecer tantos años enterrado en el barranco de Víznar. Pero no podemos olvidar que en aquel paraje yacen junto a Federico, cerca de 3000 personas, asesinada fríamente por las escuadras fascistas que llenarían de terror todos los rincones de España en los años siguientes. En aquel barranco de Aynadamar, junto a la Fuente de las Lágrimas, descansa la memoria histórica de la República del Frente Popular, la memoria histórica de la otra España, aquella que será siempre camisa blanca de nuestra esperanza. La España que no aparece en los periódicos ni en las televisiones del poder, la España que guardamos en nuestros corazones, la España que vuelve del pasado a través de Internet, a lomos de la prensa alternativa y de los nuevos movimientos sociales, cómo Unidad Cívica por la República, la España del futuro que regresará mucho más temprano que tarde envuelta en la bandera roja, amarilla y morada, en la bandera republicana de la libertad y la justicia.

Esa España tiene un nombre. Se llama Tercera República.

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