sábado, febrero 17, 2007

El capitán de los hombres íntegros

Hasta hace pocos meses no había oído hablar de Thomas Sankara. Conocía de la existencia de líderes revolucionarios africanos cómo Patrice Lumumba, Amílcar Cabral o Samora Machel. Se me ocurren otros nombres: Nelson Mandela, Steve Biko, Kwame Nkrumah. Pero de Sankara, no sabía siquiera de su existencia.

Fue a través de Internet cómo llegue a conocer la vida y muerte de Thomas Sankara. De casualidad, topé con la página web de la editorial Almuzara y en ella encontré la ficha de la novela negra "El Caso Sankara", escrita por Antonio Lozano. Tras leer la reseña del libro, me apresuré a buscar información sobre Sankara y sobre el propio Antonio Lozano.

La historia del capitán de paracaidistas Thomas Sankara es fascinante. Su heroica y desgraciada peripecia vital se funde con la del propio continente africano, tan cerca y tan lejos de nosotros, al mismo tiempo. No en vano, el revolucionario burkinabés fue conocido cómo el Che Guevara negro.

Thomas Sankara nació a finales de 1949 en Yako, enclave situado en la colonia francesa de Alto Volta. Su país obtuvo la independencia formal en 1960, en plena era de la descolonización. Por aquel entonces el futuro presidente sólo era un niño.

En su juventud, Sankara se sintió fuertemente atraído por la figura de Jesucristo e, incluso, estuvo a punto de ordenarse sacerdote. Pero, finalmente, tuvo que dedicarse a la milicia para intentar aliviar la delicada situación económica de su familia.

Cómo cuenta el canario Antonio Lozano, fue en la Academia Militar de Antsirabé (Madagascar) donde el joven soldado africano se hizo marxista. La guerra que enfrentó a su país con Malí en 1974 le convirtió en un héroe nacional.

En 1976, Sankara, junto con un grupo de jóvenes militares, fundó el Grupo de Oficiales Comunistas. Dos años después conoció en Rabat al también capitán Blaise Compaoré, y desde entonces el destino de estos dos hombres quedaría unido para siempre.

En los años siguientes, Sankara ocupó diversos cargos en los gobiernos militares que regían la vida de Alto Volta. En 1983 se convirtió en primer ministro, siendo derrocado por un golpe de estado derechista a las pocas semanas.

El 5 de agosto de ese mismo año una insurrección cívico-militar liderada por Compaoré liberó a Sankara de la prisión e inició el proceso revolucionario. El capitán Tom Sank, cómo le llamaba su amado pueblo, se convirtió en Jefe del Estado, dando paso a la época más floreciente de Burkina Fasso.

Precisamente, una de las primeras medidas del presidente Sankara, fue el cambio del nombre del país. A partir de entonces, la pequeña excolonia francesa fue conocida cómo Burkina Fasso, "La Tierra de los Hombres Íntegros". La integridad del joven dirigente burkinabés le costaría la vida años más tarde.

Durante los escasos 4 años que duró su gobierno, Thomas Sankara, se preocupó por liberar a su país de las históricas ligaduras que impedían su pleno desarrollo cómo nación independiente. Sankara intentó elevar el nivel de vida de sus habitantes, eliminar el hambre y alfabetizar a sus compatriotas. Una de sus principales metas fue lograr la igualdad del hombre y la mujer. Para ello, abolió la ablación, prohibió la poligamia y promovió el uso de anticonceptivos, para luchar contra el fatal virus del SIDA.

El presidente Sankara se movía por su país en un humilde Renault 5, el coche más barato del mercado automovilístico burkinabés. Era una persona decente, querida por su pueblo y admirada por gentes de toda África. Francia nunca se lo perdonó.

El 15 de octubre de 1987, Sankara fue asesinado por esbirros de su antiguo amigo y camarada Blaise Compaoré. El traidor se autoproclamó presidente y acabó con la obra de Tom Sank. Compaoré ha sido desde entonces un fiel aliado del imperialismo francés y un alumno aplicado del FMI y del Banco Mundial. Aún hoy, casi 20 años después, continúa en la presidencia del país.

No he podido leer todavía la novela de Antonio Lozano, pero prometo hacerlo en breve. Thomas Sankara se lo merece. Lozano fue concejal de cultura de Agüimes (Gran Canaria) desde 1987 hasta 2003 y ha sido durante muchos años el organizador del prestigioso Festival Del Sur. En la actualidad, es profesor de francés y se dedica a la literatura.

No podemos olvidar a la persona que ordenó, directa o indirectamente, el asesinato del capitán Sankara. El presidente de la República Francesa era, en aquellos años, el socialista François Mitterrand, fraternal amigo de nuestro ilustre Felipe González. Mala gente que camina.

Dos décadas después del crimen, Sankara es un ídolo para la juventud africana. Su humilde tumba es lugar de peregrinación para la izquierda del continente olvidado. Sobre ella, reza la famosa leyenda de la Revolución Cubana:

Patria o Muerte.
Venceremos.


* Para más información sobre Thomas Sankara:

http://www.africainfomarket.org/ViewPage.action?siteNodeId=281&languageId=7&contentId=59274&sector=4218

http://theroom101.blogspot.com/2006/09/thomas-sankara.html

http://elguanche.net/Ficheros/thomassankara.htm

http://www.thomassankara.net/

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