jueves, marzo 08, 2007

Lo importante es caminar

El Partido Popular se ha echado definitivamente al monte. Por fin, se han despojado de la máscara centrista y exhiben su verdadero rostro: el del nacionalcatolicismo totalitario y excluyente. La chispa que ha prendido la hoguera "popular" ha sido el cambio de régimen penitenciario del militante de ETA, José Ignacio de Juana Chaos.

El PP, teledirigido por los locutores neocons de la COPE, siembre bajo la maléfica sombra de José María Aznar, se ha lanzado a la calle, a protestar contra la supuesta rendición del Gobierno ZP ante ETA. Las banderas franquistas están resurgiendo de las tinieblas, fruto del caldo de cultivo de los retrohistoriadores (Pío Moa, César Vidal, Ricardo de la Cierva) cómo los denominó en su día Fernando Fernán Gómez. La teoría de la conspiración va perdiendo fuelle conforme avanza el juicio del 11-M, y los ultras ya se están cansado de tanto peón negro. Ahora la prisión atenuada de Iñaki de Juana constituye la principal excusa en la estrategia de acoso y derribo contra el PSOE.

La oposición pepera española ha aprendido bien la lección de la oposición antichavista venezolana. La mayor desgracia para nosotros, es que José Luis Rodríguez Zapatero no se le parece, ni de lejos, a Hugo Chávez Frías. Mientras el gobierno bolivariano que encabeza Chávez intenta construir el Socialismo del siglo XXI, el gobierno pesoísta de ZP está socavando el Estado del Bienestar.

La política económica de este gobierno es claramente neoliberal, fiel a los dictados de Bruselas y Washington. La política fiscal es claramente regresiva, cómo ha señalado en repetidas ocasiones el economista Juan Francisco Martín Seco. Las últimas reformas laborales y de la Seguridad Social son claramente lesivas para los intereses de las clases trabajadoras, tal y cómo ha afirmado recientemente el profesor Alberto Montero Soler. El gabinete ZP no es un gobierno de izquierdas, ni siquiera socialdemócrata. A lo sumo, social-liberal.

Optó por otorgar determinados derechos civiles a colectivos que los tenían vetados (extensión de los derechos de matrimonio y adopción a la población homosexual). Cumplió su principal promesa electoral y retiró el contingente de tropas españolas del infierno iraquí. Pero, a su vez, ha incrementado notablemente el número de soldados españoles en Afganistán y ha enviado dotaciones de la Guardia Civil al Haití postAristide. El papelón del presidente del Gobierno y de su ministro de Exteriores defendiendo con ahínco la nefasta Constitución Europea, es otro punto negativo del Gobierno PSOE (me niego a llamarlo socialista porque su política es profundamente antisocialista).

La reciente visita de Zapatero a Marruecos, ha confirmado lo que ya sabíamos: el Gobierno de España ha traicionado de nuevo al sufrido pueblo saharaui. ZP ha aceptado sin reservas la propuesta marroquí de convertir el Sáhara Occidental en una autonomía dependiente de Rabat, imposibilitando el derecho de autodeterminación de los saharauis. Otra puñalada trapera de la antigua metrópoli dirigida al costado de este pueblo valeroso.

La política antiterrorista del PSOE ha sido, en muchos aspectos, similar a la de la etapa aznarista. No olvidemos que el fenecido Pacto Antiterrorista fue una idea original del actual presidente. Recordemos que la Ley de Partidos fue elaborada y aprobada por los dos grandes partidos. El frentismo antinacionalista tampoco fue exclusivo del PP. La criminalización del Gobierno Vasco o las detenciones arbitrarias contra el supuesto entorno de ETA, necesitaron del poderoso apoyo del PSOE y de sus medios satélites (PRISA).

Durante el gobierno ZP, se han seguido produciendo detenciones arbitrarias, han continuado las denuncias de torturas en centros de detención y cárceles, se ha seguido criminalizando a numerosos ciudadanos vascos, ... Sin embargo, parece que desde el poder, se está intentando solucionar el conflicto vasco desde una óptica más inteligente. No se ha aparcado en ningún momento la solución policial, pero también se ha iniciado un proceso de diálogo con la izquierda abertzale y con la propia organización terrorista, que esta momentáneamente paralizado desde el atentado de Barajas.

Este proceso de paz ha enfurecido al Partido Popular. Aliado con grupúsculos ultraderechistas, está intentando desestabilizar al Gobierno, movilizando a su electorado, que no es nada desdeñable (10 millones de personas). Quieren tensar la cuerda al máximo, implorando porque no se rompa el encaje de bolillos que se tejió en la Transición. El PSOE ha reaccionado informando de las excarcelaciones de etarras durante la era Aznar. Parece que se avecina tormenta. Un escenario de lucha sin cuartel entre los dos grandes partidos dinásticos, podría afectar también a la Corona. Y ese es el resquicio que el movimiento republicano debe aprovechar.

Vivimos en la Segunda Restauración Borbónica, heredera directa del siniestro régimen del general Franco. Debemos estudiar cuidadosamente la Primera Restauración para vislumbrar parte del futuro que nos espera. Si consultamos la historia, encontramos el resultado del enfrentamiento y posterior descomposición de los partidos dinásticos de entonces: la dictadura de Miguel Primo de Rivera. El movimiento republicano no supo ganarse el apoyo del movimiento obrero para acabar con el régimen alfonsino, y apareció providencialmente un espadón. El PSOE de aquella época, bastante más rojo que el de ahora, jugó al posibilismo y apoyó la dictadura.

El golpismo enterró la falsa democracia caciquista. Debemos actuar para que no sea el golpismo fascista el que sepulte la actual democracia neoliberal, sino la acción conjunta del movimiento republicano y del movimiento obrero. Aunque tenemos que ser realistas y reconocer nuestra debilidad. Somos pocos y peleados entre nosotros. Sólo la unión hace la fuerza. Sólo con la unión, se puede iniciar una revolución.

La progresiva radicalización del Partido Comunista de España es vital. El PCE continúa siendo el partido obrero más importante de España y es necesario que vuelva a situarse en el espacio antisistémico. Sería procedente además una reconciliación entre el PCE y los partidos ultraizquierdistas. Borrón y cuenta nueva. Hay que reeditar el Frente Popular e intentar atraer a las bases del PSOE. La reestructuración de las centrales sindicales también es ineludible. Debemos extirpar el cáncer de la burocracia y recuperar el sindicalismo de clase. Nuevas caras, nuevos aires.

En estos momentos, es perentoria una ofensiva antifascista. Hay que responder a la derecha en las calles. No pueden enseñorearse de ellas. Sería una tremenda contradicción, ya que siempre han sido especialistas en reprimir con dureza manifestaciones pacíficas. Organizaciones cómo la Coordinadora Antifascista de Madrid ya se ocupan de ello.

La recuperación de la Memoria Histórica es muy necesaria para formar e informar a las nuevas generaciones de lo que fue nuestro pasado. Un pasado terrorífico, negro, asesino, pero también rojo, ilusionante, combativo, luchador. La Federación Estatal de Foros por la Memoria es un buen ejemplo de lo que se debe de hacer en este terreno.

Sólo podremos construir República, habiendo construido antes a los republicanos. Para ello se requieren asociaciones culturales y reivindicativas, cómo Unidad Cívica por la República o la Plataforma de Ciudadanos por la República. Acabar con la desunión y el enfrentamiento estéril entre republicanos debe constituir uno de nuestros principales objetivos.

La tarea es ardua y complicada, pero no imposible. En realidad, nada es imposible. La utopía es un horizonte que nunca alcanzaremos, pero lo importante es caminar, cómo cuenta Eduardo Galeano. Si este pueblo pudo resistir durante tres largos años al fascismo internacional, es capaz de muchas cosas más.

Parece que el PSOE le está enseñando los dientes a la ultraderecha. Su pasividad y blandenguería en estos temas daba ya lástima. Quizás lo que pretenda con ello sea evitar que se rompa el castillo de naipes postfranquista. Regresar al manido consenso y que todos los politicastros se laven las manos cómo Pilatos. Nuestro objetivo es exactamente el contrario: derrumbar de un soplido el castillo de naipes para edificar una República auténticamente democrática. Eso sí, evitando a los espadones y combatiendo a los imperialismos que los acunan.

2 comentarios:

velvetpac dijo...

Muchos esperamos ese momento.
Saludos.

Foro por la Memoria de Granada dijo...

Foro por la Memoria de Granada

http://foromemoriagranada.blogspot.com/