jueves, junio 03, 2010

Crónica del "Acto Público Contra la Impunidad del Franquismo" (Granada, 27 de mayo de 2010)


Cerca de un centenar de granadinos completaron el aforo del Paraninfo de la Facultad de Derecho en la capital con ocasión del Acto Público Contra la Impunidad del Franquismo, convocado por una conjunción de ciudadanos anónimos, asociaciones memorialistas y colectivos republicanos.

La cita era a las 7 en punto de la tarde, del pasado jueves 27 de mayo. Actuaron como presentadores y conductores del evento la estudiante de Derecho Ámala Fernández y el estudiante de Historia Fran Hidalgo.

Ante la mirada vigilante del emperador Carlos V y el gesto adusto de su descendiente borbónico Juan Carlos I, desfilaron por el recinto universitario catedráticos de la talla de Gregorio Cámara Villar, Nicolás López Calera o Álvaro Salvador, profesores como José Luis Serrano, Mercedes del Amo o Maribel Lázaro, y artistas tales que Javier Tárraga, Pepa Merlo o Curro Albaicín.

Excusaron debidamente su asistencia, apoyando la iniciativa, Luis García Montero, Andrés Neuman o Juan Pinilla. Baltasar Garzón Garzón, vicepresidente de la asociación republicana UCAR-Granada, leyó un mensaje enviado ex profeso por el cantaor Enrique Morente, el cual, no obstante, llegó al lugar una vez finalizado el acto.

Tuvieron una destacada participación en la ceremonia varios familiares de víctimas de la dictadura, entre ellos Olga Matarán y Paco Moyano. Éste último, cantaor flamenco reconocido desde el tardofranquismo, no dudó en entonar diversos poemas de Miguel Hernández, recordando además la figura de su abuelo, brigada del Cuerpo de Carabineros, asesinado tras el golpe fascista del 18 de julio de 1936 por permanecer leal a la República.

Resultó especialmente emotiva la presencia de los retratos de los desaparecidos: El maestro nacional de Alhendín Ángel Matarán, su hijo mayor Alfonso y el concejal socialista en Granada Juan Fernández Rosillo. Los rostros de las víctimas del franquismo ejercieron de contrapeso democrático y progresista a la abundancia en el Paraninfo de multitud de símbolos heredados del régimen anterior.

La mayor parte de los intervinientes denunciaron el proceso judicial implementado contra el magistrado Baltasar Garzón Real, sentado en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo por el juez Luciano Varela, a instancias del sindicato ultraderechista Manos Limpias. Los profesores, intelectuales y artistas granadinos no dudaron en solidarizarse con Garzón, suspendido de sus funciones por haberse atrevido a investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos por los sicarios y colaboradores del dictador Francisco Franco.

El periodista e investigador de la Memoria Histórica Paco Vigueras cerró el acto invitando a la concurrencia a firmar una petición al Ayuntamiento de la ciudad, destinada a solicitar la retirada inmediata del monolito fascista sito en la Plaza de Bibataubín. La estatua, inaugurada en 1972 como homenaje de la élite franquista local a José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, preside uno de los espacios más emblemáticos de Granada, a escasa distancia de la Fuente de las Batallas o la Plaza de Mariana Pineda.

Sobre las 9 de la noche comenzó a desalojarse el Paraninfo, dándose por concluido el evento. En el aire todavía resfrescante de la Plaza de la Universidad resonaba el eco de las víctimas del franquismo, reclamando para sí y para todos los españoles Verdad, Justicia y Reparación.

*Nota al margen: Intervención del compañero estudiante Fran Hidalgo (Plataforma de Ciudadanos por la República de Granada) en los prolegómenos del Acto contra la Impunidad del Franquismo:

Estimados compañeros y compañeras, amigas y amigos:

Permítanme que les hable con franqueza.

Van casi 35 años de la muerte del dictador. Aquel 20 de noviembre de 1975 supuso un acontecimiento liberador y cargado de esperanza para miles de demócratas, republicanos y antifascistas de España y el mundo.

Hoy, 27 de mayo de 2010, Baltasar Garzón Real se halla suspendido de sus funciones como magistrado en la Audiencia Nacional al ser declarado incompetente para juzgar los crímenes del franquismo.

La ONU, organismo que defiende y promueve los derechos humanos a nivel internacional, del que nuestro país es miembro, ha mostrado recientemente su preocupación por la suspensión del juez Garzón. El Grupo sobre desapariciones forzosas alega que la práctica de secuestros es un delito “continuo” desde el inicio de la desaparición hasta que el crimen no sea dilucidado.

El secretario interino de la prestigiosa organización Amnistía Internacional, Claudio Cordone, afirmó que “los cargos contra Garzón son escandalosos”.

El origen material de todo este conflicto jurídico comienza un 15 de octubre de 1977. Las cortes del reino, presididas por D. Antonio Hernández Gil, aprueban la Ley de Amnistía. Tanto la historiografía oficial como la clase política de nuestro país han venido sosteniendo que uno de los pilares del actual modelo de estado que disfrutamos los españoles reside en el espíritu conciliador de la transición, manifiesto en esta Ley. Será el juez D. Luciano Varela Castro quien, actuando en base a la norma del 77, suspenda la actividad de Baltasar Garzón.

Son muchas las preguntas que, ante la luz de los acontecimientos, podemos hacernos. Y no son menos las respuestas que obtenemos. ¿Acaso España no es un estado social, democrático y de derecho o, por el contrario, nos encontramos ante un franquismo del siglo XXI?

Volviendo al inicio de esta breve intervención, las esperanzas que despertó el 20 N del 75 contemplaban, entre otros, la recuperación de toda una vida dedicada a la lucha por una España democrática, republicana y libre. Los españoles esperaban, entre miedos e ilusiones, restituir la memoria de tantos compatriotas, amigos, familiares, compañeros, gentes solidarias de otros lugares, que desde el 18 de julio de 1936 hasta los últimos coletazos de la criminal dictadura habían gastado algo más que sus fuerzas en devolver la dignidad a este país.

Los deseos de los que hablo se resumían en VERDAD, JUSTICIA y REPARACIÓN.

Hoy, a 35 años de conmemorar la muerte de Franco, exigimos como ayer que nuestra historia no sea tergiversada, que los culpables de la tragedia franquista no queden impunes, que la memoria de nuestras víctimas sea reparada.

Muchas gracias.

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